miércoles, octubre 27, 2010

AnnA, la Vampiresa

Novela Vampíresca, por Miguel Álvarez Morales

Capitulo VIII “La Cuna del Odio”.


Tras mis charlas con Nostredame mi forma de ver el mundo y los actos que cometíamos cambió radicalmente. La clave de la supervivencia de unos seres enfermos, infectados por un virus, obligados a vivir alimentándose de sangre, no radicaba en la fuerza, ni el miedo, la llave de todo un mundo, de épocas y siglos por vivir, estaba en el anonimato, en vivir sin esconderse en catacumbas y cementerios, en vivir no solo en el refugio de la noche, sino también a plena luz del día, y ese descubrimiento, ese nuevo estilo de vida, casi termina con la miá.


Miguel:- ¿Pero qué coño pasa con Jobava?

AnnA:- Ya impaciente ya.


Ilusionada de pensar en volver a ver un mundo ya añorado, caminar por los mercados abarrotados de personas, sentir el perfume a vida de la existencia humana, el bullicio, el calor de las gentes en mi frío ser. Ilusionada de pensar en la opera, de soñar con un teatro sin entradas, de verme rodeada nuevamente por el aura de la luz. Ilusionada por vivir, por seguir viviendo la vida que me había sido arrebatada, estudiar, leer, salir, ¡Vivir!. Ilusionada por todo eso me deje llevar por la emoción y sin pensar en consecuencia alguna, fui corriendo en busca de mi compañero, mi amigo, aquel con el que por 40 años había hablado, cazado y comido, en busca de Jobava.



AnnA:- Jobava amigo mío, tengo que contarte algo, que cambiará nuestra existencia para siempre, algo que hará posible que los vampiros andemos libremente por el mundo.

Jobava:- ¿Encontraste acaso la forma de someter a todos los seres normales?

AnnA:- ¡Normal! Esa es la clave querido amigo. Nada, nada nos diferencia de los no vampiros, somos algo más fríos al tacto y un poco más blancos de piel, pero simplemente eso, ¡Nada!.

Jobava:- Olvidas el pequeño detalle que nos alimentamos de sangre, ji ji ji.

Anna:- Escucha tonto. No tenemos problemas con la luz del día, ni con el aire, ni las cruces, ni el agua bendita... Ninguna chorrada de esas que por años se han dicho, podríamos estar rodeados de gente “normal” sin que ni tan siquiera notasen que somos diferentes y eso, eso es lo que tenemos que aprovechar.

El hombre a lo largo de su historia ha luchado contra todo aquello que era diferente, lo diferente, lo extraño lo asusta e intenta acabar con ello para así no temer, por ello, si vivimos como “normales” no sabrán de nuestra existencia, no harán por perseguirnos y matarnos, nos integraremos y viviremos por siempre entre ellos sin miedo ni peligro.

Jobava:- ¡Miedo! ¡Peligro! Ellos son los que sienten miedo, ellos son los asustados, los que nos temen, ¿Como vamos a renunciar a ese poder? Claro que no nos afecta nada de lo que ellos piensan, por eso lo saben, durante siglos, los vampiros anteriores a nosotros se han guardado bien de hacer llegar al mundo ideas falsas sobre nosotros, que si volamos, que si nos convertimos en murciélagos, que si nos asustan las cruces o nos mata el sol...Todo para darnos poder sobre ellos, el poder del miedo. Oyen sobre nosotros e inventan historias, corren temerosos a sus iglesias y casas, ponen ajos en las ventanas nos temen AnnA y ¿tú quieres que renunciemos a eso simplemente por un teatro y un poco de música?

AnnA:- No Jobava, quiero que dejemos de asustar a los humanos para evitar que en el futuro se alcen contra nosotros, quiero dejar de darles miedo para que hagan por comprendernos, quiero dejar atrás tiempos de mitos y leyendas para garantizar un futuro de paz.

Jobava:- Alzarse, los “normales” los no vampiros contra nosotros, ¡Oyen nuestra estirpe y huyen como corderos! ¿Como iban a alzarse, Anna? ¿Acaso has perdido la cabeza?

Terminó esta conversación y recuerda bien esto, nuestro mundo es solo nuestro, con nuestras costumbres y nuestros secretos, así ha sido y así debe seguir siendo, pues lo que por siempre ha funcionado no hay necesidad de cambiarlo.


Miguel:- ¿Eso es todo? ¿Por esa mierda de razón? Por una tonta discusión te persigue.

AnnA:- No, lo hace porque no le hice caso, porque dejé de esconderme, porque desvelé nuestras costumbres y secretos confiando en humano “normal” y por ello, cientos de vampiros fueron asesinados, sin contar, su querido perro Chobi. ¿Te parece buena razón esa?

Miguel:- Anda que no, si por tu culpa muere mi perro yo no te mataría, primero te daría una paliza y luego te prendería fuego viva para que sufrieras, es lo que hay. Bueno y también por lo del resto de vampiros claro.